Washington, D.C.– Fiel a su estilo provocador y nacionalista, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a generar controversia con una declaración que resume su visión de poder y liderazgo global: “El mundo es Estados Unidos.”
Durante un evento en el que defendió su política de aranceles, Trump aseguró que los países extranjeros se han beneficiado injustamente del comercio con su nación, y reiteró que sus medidas buscan “corregir décadas de abusos económicos”.
“China está pagando aranceles a Estados Unidos, no al revés, como siempre fue antes. Nadie puede creer los acuerdos que firmaban antes de mí”, expresó, insistiendo en que su gobierno ha recuperado el control económico que, según él, se había perdido bajo administraciones anteriores.
Más adelante, lanzó la frase que encendió los titulares:
“Cuando alguien dice que está trabajando por el mundo, bueno… el mundo es Estados Unidos. El mundo nos estaba estafando antes de que yo llegara aquí.”
Una visión centrada en el poder estadounidense
Las palabras de Trump reflejan su conocida postura de “América primero”, donde el país debe priorizar sus intereses sobre cualquier consideración global. Este enfoque, que marca nuevamente su gestión, ha provocado tensiones con aliados históricos y con organismos internacionales que defienden el libre comercio.
Analistas señalan que declaraciones como esta refuerzan su narrativa política, apelando al sentimiento de orgullo nacional y al descontento de sectores que consideran que Estados Unidos “da más de lo que recibe”.
Mientras tanto, el comentario “el mundo es Estados Unidos” resuena como una muestra más del estilo directo y polarizante de Trump, un líder que, desde la Casa Blanca, continúa moldeando la conversación política mundial a su manera.
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